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¿Conoces tu propuesta de valor como profesional?

  • Foto del escritor: rbkcanal
    rbkcanal
  • 18 abr 2017
  • 2 Min. de lectura


¡Descúbrela, apunta y acierta!

Después de mucho ensayo-error y muchas reflexiones conmigo misma he llegado a la conclusión de que la vida [laboral y empresarial] se reduce a un puzzle gigante.

En primer lugar, este puzzle empresarial se juega en un tablero de cartón que es el que es. Aunque vivamos en una era de transición industrial, donde parece que el panorama va mutando poco a poco, la base capitalista del juego es inamovible. Existen además, una serie de normas que conviene conocer e interiorizar antes de meterse de lleno en la partida. Tener claras estas normas nos permitirá, a posteriori, saltárnoslas e inventar otras nuevas.

El pequeño handicap de nuestra era es que el puzzle este del que te hablo está un poquito saturado de fichas. El tablero de juego [los mercados] se ha ido expandiendo a lo largo de la historia y parece que esta expansión está llegando a su fin. Si a esto le sumamos que ahora competimos con robots altamente productivos y programados para eliminar el más mínimo rastro error humano, ¿qué lugar nos queda a nosotros para formar parte del puzzle? ¿Tendremos que inventar un puzzle nuevo?

Bien, tu propuesta de valor es la forma que le vas a dar a tu ficha para hacerla encajar con las otras fichas y posicionarte en el mercado laboral. Es lo que hace que en un proceso de selección te escojan a ti y no al resto de candidatos. En definitiva, es aquello que te hace único y especial y que es el resultado de dos cosas muy importantes:

1. (Sí, me repito) El conocimiento profundo de ti misma o mismo y de tus talentos

2. La observación y el análisis del tablero de juego y de las otras fichas del puzzle

Estos dos interesantísimos procesos, que llevan tiempo y requieren un esfuerzo y constancia elevados, son básicos en este nuevo ecosistema laboral.

Y no, no vale que tu propuesta de valor sea una forma conceptual, una idea vaga, un deseo. Tiene que ser una forma real, que se pueda ver, leer, escuchar y sentir. Así que el paso lógico tras descubrir tu propuesta de valor es demostrarla y materializarla.

¿Cómo?

En la actualidad, y gracias a la tecnología, existen infinidad de plataformas sobre las que asentar tu propuesta de valor: una página web, un blog, una canal de YouTube, un perfil en LinkedIn, una cuenta de Instagram etc.

Por tanto, cuando tengas tu valor diferencial trabajado, verás cómo tu búsqueda de empleo se volverá mucho más sencilla y cómoda. Dejarás de enviar currículums a diestro y siniestro y solo mandarás a aquellas empresas en las que intuyas que tu ficha podría encajar. Dejarás de estar a merced de las olas del mercado y construirás tu pequeño barquito con el que surcar los mares :)

Y recuerda que debes ser lo suficientemente flexible como para hacer las modificaciones necesarias en tu propuesta de valor [sin perder nunca tu esencia, claro] hasta que encajen y se asiente en el puzzle. Lleva tiempo pero merecerá la pena, seguro.

Y por favor, sobre todo y ante nada: ¡disfruta del proceso!


 
 
 

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